Si algún colega llegaba tarde a la práctica, justo cuando el plantel de Atlético terminaba su día pasado el mediodía, poco y nada iba a entender de por qué ninguno sus integrantes pisaba el freno y hablaba con la prensa, como generalmente lo hace cuando finaliza el trabajo. La mayoría pasó volando por el pasillo de entrevistas. Salvo Cristian Lucchetti, el resto desapareció. Y los que venían saliendo con paso lento de la cancha del complejo de Ojo de Agua, guiñaban un ojo, repetían a coro "perdón" y seguían de largo luego del tradicional "hoy habla el capitán (Barone)".
¿Qué pasó? Hubo una manifestación pacífica y de brazos cruzados del grupo, que no quiso entrenarse hasta tanto no se le confirme cuándo se le iba a pagar los dos meses de sueldo que se le debe. La práctica arrancó cerca de dos horas tarde. Entre risas y sin micrófonos, alguno osó decir: "se pospuso porque sí". Pero no era verdad. Lo cierto es que el presidente Mario Leito y el vice Luis Narchi llevaron tranquilidad a los futbolistas y al resto. "En ocho años de gestión, es la primera vez que me pasa algo así", se descargaba sin rabia Leito. "Entiendo su pedido, pero me duele. Ellos están en su derecho de hacer lo que crean necesario... Mañana (por hoy) se les pagará un mes y en 15 días se cancelará el resto". Esas palabras fueron el antídoto para que todo volviera a la normalidad.
"Acá no pasó nada. ¿No ven?, los jugadores sí están entrenándose", agregaba en tono jocoso Leito al rato. "Jamás se dejó de pagarle a nadie. Nos está costando porque el ingreso por entradas no es el esperado. Ya vendrán tiempos mejores", sostuvo optimista el Nº 1 celeste y blanco mientras charlaba con LG Deportiva y el resto de los medios.
Su visita duró 10'. Llevó calma al círculo de futbolistas que lo rodeó y se fue junto con la tormenta que amagó azotar la paz de Atlético.